NOTICIAS INSTITUCIONALES

NOTICIAS INSTITUCIONALES | 11-Jan-2016

ENTREVISTA A JORGE ORTOLÁ

#DeportistasPeñarol

Inauguramos la Sección #DeportistasPeñarol con una entrevista a quien, para nosotros como Institución, es un gran referente del deporte y del básquet en especial; referente de lucha y constancia por mantener vivo ese espíritu deportivo que se lleva dentro y a cada paso.

Empezamos nuestra entrevista a nuestro jugador Jorge Ortolá, el Ala-Pivot del equipo de básquet.


-          ¿Cuándo empezaste a jugar al básquet? ¿Empezaste allá? (en Santa Fe).

-          Empecé allá, a los 9 años, así que, teniendo hoy 32 años, hace 23 años.


-          ¿Pasaste por muchos clubes?

-          Empecé en Unión de Santo Tomé. Estuve hasta los 11 años, cuando mis padres se separaron. Después me fui a Rosario a la casa de unos tíos a terminar la escuela; terminé el secundario en Rosario, y el básquet firme a la par mío. Jugué en Echesortu Rosario; después estuve en Talleres de Villa Gobernador Galvez en el año ´99. Después del ´99 tuve un par de selecciones, y ahí me ven 3 clubes, Boca, la Unión de Colón, y Echague de Paraná. Me toman los datos, me llama la Unión, no pudimos arreglar después de un par de tirones, y me llama Echague, voy a la prueba,  y quedé, y a la vez me llama Boca, pero dije que no. Jugué una temporada de 6 meses en Echague, porque son temporadas cortas de 4 a 6 meses, terminó la temporada y me vuelve a llamar Boca, me voy a probar a Boca, y cuando estuve en Boca la parte humana no me gustó, no había buen trato, no sabíamos dónde comíamos, donde dormíamos, aparte era menor; mi tío me decía: “Vos fíjate la parte humana, no te fijes por la plata, porque todavía sos menor”. Entonces en el 2000 me voy a la Unión de Colón, que era como acá, era un pueblo más la parte turística y estuve ahí tres años, jugué la Liga Juveniles que salimos campeones, en la primera local y estuve en el banco del TNA.

Vivía en el club, entrenamientos y sparring de primera.

En el primer partido que jugué en el TNA, jugué 23 segundos, sacan a un norteamericano y me ponen a mí para defender una jugada, para que no nos hagan la falta y me sacan. Para mí, había jugado un partido entero, a la noche no pude dormir, temblaba; tenía siempre las planillas (porque cuando estas en el banco te dan las planillas), y cuando el técnico llama: “Ortolá ….. Ortolá”, ahí me di cuenta que me estaba llamando a mí, y me toco defender, y sobre el pucho me toco atacar, y la pelota paso por mí, ¡Sabes lo que era eso!, a la noche temblaba, llamé a mis tíos, todo”. Dice nuestro jugador, entre risas al tiempo que lo contaba, como recordando por la mente ese momento tan especial de su vida, el cual lo marcó en su carrera.

 

-          ¿Después de esos 2 años que estuviste allá, cómo siguió tu carrera?

-          Bueno, después en el 2001, me llevan para jugar en la Liga B en Racing de Gualeguaychú, que fue el año que Racing ascendió, estoy en el 2001 instalado, me daban habitación en un hotel, buen sueldo todo, y entonces empezó el problema de la crisis.. Me acuerdo como si fuera hoy, me estaba preparando para ir a entrenar en mi habitación, me tocan la puerta y me dicen: “Están los dirigentes abajo”, bajo y me dicen: “paso esto y esto, la fábrica que iba a poner la plata para tu sueldo está en quiebra”, y lo mismo le paso a unos compañeros míos, y entonces jugaron con jugadores locales. Yo ese año si la pegaba no paraba más, arrancaba la carrera.

De estar en tantos clubes, me cansé, y sumado a que todavía era menor, me quería volver a mi casa, y bueno en Racing no alcancé a jugar, dos meses entrenando y me tuve q ir, eso me restó”, nos contaba Jorge, por un lado con un rastro de resignación y por otro, con un enérgico hablar, dando a entender que ese momento le sirvió de bisagra en su vida para lograr lo que hasta hoy a alcanzado.

Siguiendo con la entrevista..

“Yo siempre digo como que la fama me agarro muy de chico, ir a jugar una Liga B, y uno que era flojo de acá (señalándose la cabeza) era otra cosa, yo pienso que si me hubiese agarrado Racing, mi carrera basquebolística hubiese sido otra, no estaría acá. Aparte me dedicaba mucho.

 

-          ¿Cómo seguiste después de eso? ¿Se puede decir que gracias a esto llegaste a Peñarol?

-          Y bueno, ahí me fuí a Santa Fe y me llaman de Galvez, en eso que me llaman, yo había ido a jugar a Puerto Deseado con la selección que en ese momento se practicaba acá en Peñarol, y se ve que ahí Baldarena y Marello me habían registrado y como sale en la computadora que estaba libre me llamaron, me dijeron si quería venir a probar, y en el verano de 2002 me vine al pueblo, solo por el básquet, vine y bueno, la verdad que un pueblo tranquilo; el sueldo era suficiente, y me sentía cómodo por la gente.

-          No me olvido nunca una anécdota, que el primer partido no lo pude jugar porque Talleres quería que juegue para ellos y no me largaba, y el segundo partido teníamos el clásico. Me acuerdo que Atlético tenía un muy buen equipo, y perdimos por uno, y acá jugamos con los locales y yo, y al terminar el partido la gente empezó a festejar, y yo no entendía porque se festejaba habiendo perdido, y entonces me dijeron que era por el resultado que habíamos logrado sabiendo que Atlético tenía un buen equipo y Peñarol no estaba bien preparado. Y entonces la gente de Atlético se para y nos aplaude, y fue algo lindo; después con el tiempo me fui enterando de lo que lograba el básquet acá en el pueblo y eso me termino de convencer.

 

-          Y después de que llegaste de Peñarol, después de haber pasado por tanto, ¿el básquet te sirvió para encarar la vida y el deporte de otra manera?

-          Cuando llego al pueblo vi que había trabajo, que había buena gente, y yo siempre con el bolsito en la espalda y estar viajando de un lado a otro, y solamente con el bolso haciendo chirolas, y entonces pensaba que si conseguía trabajo acá me podía hacer una casa, y evitar vivir en la ciudad, y enganche un laburo que junto con el sueldo del Club me servía, y bueno, después me puse de novio y empezamos a pensar en la familia, y el básquet lo hacía como una carrera. Pensar que me ayudó a terminar la casa, porque mientras Peñarol me alquilaba la casa, me iba haciendo la mía, entonces yo siempre digo, gracias al básquet estoy donde estoy, y por eso sigo jugando, y no puedo dejar de jugarlo.

 

-          Durante tu carrera, ¿cuántos campeonatos ganados tenés o cuantas veces te toco pasar por ese tipo de situación?

-          Bueno, salí campeón allá en Echague, en la Liga de Juveniles, en la Unión de Colón, en la primera local, en Talleres de Galvez campeón de primera con 15 años, tengo un montón de diarios en mi casa, y la estatura me ayudó mucho. (agregaba Jorge, riéndose porque sabe que en casa de deportista, los recortes de diarios son costumbre), y después 2005, 2006, 2010 y 2012 acá en Peñarol.

Después en selección, con la infantil en Esquina (Corrientes), la del 99 en Rosario y después en Puerto Deseado con la selección de Santa Fe.

 

-          Con respecto, a lo que comentaste antes, con respecto a los clásicos, ¿Sigue siendo de esa manera, sabiendo que al otro día la gente que a lo mejor te estuvo gritando en la hinchada contraria, te la cruzas en la calle? ¿Qué se siente al momento de tener que jugar un clásico?

-          En todos los clubes que jugué nunca me paso lo que me pasa acá. El clásico se vive una semana antes, se juega, y una semana después. Ganes o pierdas, me pasa lo mismo, estoy para dormirme tres, te quedas pensando; no es un partido más, la gente te juzga si ganas o perdés, y la semana después si ganaste estas aliviado y si perdiste te duele, es terrible.

 

-          ¿Y anécdotas de un clásico?

-         Si tuve una anécdota con Claudio (Angeleri), no nos conocíamos, y en un partido viene abajo del aro y yo lo marco de atrás, y le pongo el brazo en la nuca y lo levanto cuando vamos al rebote, y me queda mirando y me dice: “uh, ¿qué trajiste el hacha?”, vos fíjate que no se enoja y gracias a un roce, a reaccionar de otra manera, empezamos una relación muy buena dentro y fuera del juego, incluso cuando el hizo el partido homenaje me invito, eso lo que yo a veces rescato de él, que no lo tomó mal y fue un roce de juego nada más. Después otras cosas pero nada grave, fue todo del mismo folclore, al principio sí me insultaban, más en un clásico, hoy tenés uno de todos los que antes me insultaban; me pasaba también porque yo era de afuera también, pensaban que me quedaba un año y se va y bueno, eso no pasó. Una anécdota de los primeros clásicos,  fue que una persona me insultaba, y entonces lo voy a hablar al otro día a ver que problema tenía que insultaba de mala manera, y hoy con esa persona me hablo; si te pasa eso, por algo es, es como dijo Jordan: “Si tirás la última pelota y le erras se van a acordar de vos y si la metes también”. Al contrario esas cosas a uno lo alimenta, y lo hacen saber que está haciendo las cosas bien. Si te insultan es por algo.

 

-          Con respecto a tus nenes y con el deporte, ¿te gustaría que sigan el básquet exclusivamente o en ese sentido no tenés problema, desde el roll de padre?

-          Mira con Francisco, el mayor, fue algo muy especial, a los 3 años me decían llevalo a básquet, y yo decía no, que él elija, obvio que ir a todos los partidos desde que nació ayudo no?, creo que tenía 4 días y ya estaba en la cancha, pero cada partido ellos me acompañaron, y lo llevamos y le gusto, al más chico le pasa lo mismo, le muestro una pelota, y se vuelve loco, pero primero lo voy a incentivar al estudio, después al deporte.

(y en eso se acerca Geo, la señora de Jorge, y cuenta que cuando Francisco empezó básquet no sabía ni siquiera picar la pelota, para que realmente vea si le gustaba por el mismo, y al principio pensaron que no le iba a gustar porque corría atrás de la pelota nada más).

Ahora dentro de un rato vamos al Club a tomar una gaseosa, los sábados a la mañana también vamos, eso se perdió. Cuando yo era chico, mi papa preguntaba dónde estaba y estaba en el Club, como lo tenía a media cuadra era mi segunda casa; yo quiero inculcarles que el club es algo importante, que vean una botella tirada y decirle que la junten, que cuiden donde están. Hoy en día se perdió y no es lo mismo, así que lo que tengo con él es bueno, a lo mejor me dice que esta aburrido y cuando le pregunto qué quiere hacer y me dice vamos al Club, tratamos de compensar, por ejemplo va a inglés y después lo llevamos al Club, que vaya viendo el equilibrio entre ambas cosas también. 

Un problema que venimos manejando como padres también, es el fanatismo; nunca le decimos que va a ser de Peñarol o Atlético, lo mismo con los amigos, va a tener amigos de Peñarol y Atlético, él con amigos de atlético va a la cancha y juegan juntos, pero tiene esa emoción que por ejemplo si Peñarol pierde se larga a llorar. Pero ahora siendo más grande lo va entendiendo, se pone mal pero le dura poco, hay que ir controlándolo, yo le digo por ejemplo, si te escucho insultar no venís mas a la cancha, entonces es algo que venimos trabajando con la madre y da resultado.

 

-          Me dijiste que si es por vos no dejas nunca de jugar, pero, el día que decidas dejar de jugar profesionalmente, ¿te gustaría seguir en vínculo con el Club? ¿Con el deporte, desde que lado te gustaría seguir en contacto?

-          Todos me piden de que sea técnico, por como veo el básquet y mi personalidad y compañerismo dentro de la cancha. Yo realmente no quiero porque te quita mucho tiempo con la familia, el tener que viajar y mucho tiempo dentro del Club.

Cuando yo deje de jugar, estar en una comisión de básquet, más teniendo a mi hijo dentro del Club, siempre estar vinculado con el Club; al Club le estoy agradecido porque la verdad que me han bancado y gracias a dios estoy acá, entonces uno le quiere devolver por otro lado lo afectivo, que ellos me hayan traído, hacer mi casa, mi primer autito, una familia, es mucho en 14 años, y siempre con el Club detrás, agradecerles de alguna manera todo eso que me brindaron. Y hoy pasa algo y me tienen en cuenta, ellos mismos me tienen presente. La gente, cuando yo tenía 6 meses acá en Elortondo, me decía vos ya sos de Peñarol, ya sos parte, y me hacían sentir de la casa y eso me termino de convencer, uno jugaba bien o mal y la gente estaba contenta igual, y yo he tenido partidos malos y la gente seguía apostando y eso es lindo, hoy en día pasa lo mismo, perdemos y se charla, y el apoyo esta y uno se siente cómodo.

 

Como conclusión de esta entrevista, queremos agradecerle a Jorge que nos recibió cálidamente y en un ambiente familiar muy lindo, demostrando su humildad y contando la historia de quien ha pasado por mucho en tan poco tiempo, y que por suerte hoy lo tenemos con nosotros, en nuestro Club.